martes, 23 de mayo de 2017

Construcción de una catedral o iglesia románica

El románico fue un estilo artístico predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII.

El arte románico fue el primer gran estilo claramente cristiano y europeo que agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguió formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en España, Francia, Italia, Alemania y en cada uno de esos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.

Surge como consecuencia de la prosperidad material y de la renovación espiritual que inspiró la construcción de gran número de iglesias y de edificios religiosos. 

Las primeras construcciones se hicieron en Lombardía, Borgoña y Normandía. 

Desde allí se difundió por toda Europa, debido a:
  • Expansión de las órdenes religiosas (Cluny y Císter) que construyen monasterios. Estos son fuente de riqueza y centro cultural y urbano de la sociedad.
  • Las peregrinaciones (en España el románico se introduce a través del Camino de Santiago).
  • Aumento de la influencia de la iglesia.

Debido a las relaciones entre religiosos y nobles, los reyes, nobles, obispos y abades de los monasterios impulsaron la construcción de las grandes iglesias y a veces eran aldeanos quienes las costeaban y construían. Las obras las realizaban artesanos especializados como arquitectos, picapedreros, pintores, etc. El arte románico fue sobre todo un arte religioso, que reflejaba los valores de la nueva sociedad feudal, que a la vez era guerrera y cristiana.

Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la península ibérica y, fundamentalmente, el cimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este resurgimiento.

Alrededor del año 1000, una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitarán los caminos de peregrinación. Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el románico.

El término "románico", como concepto que define un estilo artístico, lo utilizó Charles de Gerville por primera vez en 1820 considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.

Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este estilo.

En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal que realizó la orden cluniacense como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo, a través de sus monasterios, que el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera, el románico ya se había desarrollado en Italia, en la región de Como: el llamado románico lombardo o primer románico, concepto debatido, debido a Puig i Cadafalch, que se aplica a su extensión a los reinos hispano-cristianos, especialmente al románico catalán y el románico aragonés, con menor incidencia en el románico castellano-leonés.

Recibe el nombre de románica por coincidir su floración con la aparición de las lenguas románicas o romances. Otras fuentes afirman que fue en el siglo XIX cuando el arqueólogo Charles de Gerville dio este nombre a la arquitectura cristiana occidental de los siglos X al XII, por alusión a la arquitectura romana, en la que se suponía que se había inspirado.

Entre los elementos arquitectónicos que destacan en el estilo románico los más característicos del mismo son:

  • El pilar compuesto y de núcleo prismático.
  • El arco de medio punto.
  • La cubierta de bóveda de medio cañón y de arista.
  • La cúpula poligonal sobre trompas.
  • Los ábsides semicirculares en planta de cruz latina en las iglesias.
  • La planta basilical es la típica latina.








A continuación otros de los elementos arquitectónicos propios del estilo:

  • Contrafuertes muy desarrollados
  • Arcos doblados y arquivoltas
  • Capiteles decorados
  • Impostas, frisos decorativos
  • Escultura monumental aplicada a la arquitectura

Contrafuertes en el estilo románico



La planta típica de una iglesia románica es la basilical latina con cuatro, tres o cinco naves y crucero de brazos salientes. En el testero o cabecera, que siempre mira a oriente, se hallan tres o cinco ábsides semicirculares de frente o formando corona, llevando cada uno de ellos tres ventanas en su muro. Y en los pies o entrada del templo se alza un pórtico o nártex flanqueado por dos torres cuadradas. Pero así como las iglesias rurales o menores sólo constan de una sencilla nave y un ábside sin crucero saliente y sin torres junto a la portada, así las mayores sobre todo, las de grandes monasterios o los santuarios visitados por numerosas peregrinaciones suelen ofrecer muy amplio el transepto y crucero, como también tienen prolongadas las naves laterales en torno a la capilla mayor constituyendo la girola o nave semicircular que da paso a diferentes capillas absidiales, abiertas en torno de ella a modo de corona.

Planta de cruz latina - Estilo románico
Brazo mayor y brazo menor o transepto


Planta de cruz griega y cruz latina

Planta

Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio. Las iglesias de templarios y de otras órdenes caballerescas afines se hallan, por lo común, sobre planta poligonal o circular y son de escasas dimensiones. Asimismo, existen pequeños oratorios de planta circular que fueron capillas funerarias o que estuvieron unidas a fortificaciones como oratorios militares y no faltan otras que siguiendo el estilo o inspiración bizantina se disponen a modo de cruz griega y de cuadrifolio.

Contrafuertes

Los soportes característicos de un edificio románico, son el pilar compuesto y el estribo o contrafuerte adherido exteriormente al muro. Los contrafuertes tienen por objeto reforzar los muros y servir a la vez de estribo o contrarresto a los arcos y bóvedas (servicio que también prestan los pilares compuestos): son visibles al exterior, lisos y de forma prismática. Pero cuando se adhieren a los ábsides aparecen frecuentemente a modo de columnas que sostienen el alero. Los muros están formados de sillarejo o de sillares desiguales con poca regularidad en las hiladas.
Iglesia románica de Artaiz (Navarra)

Ermita de Nuestra Señora de Eunate (Navarra)


Hórreo de Iracheta (Valdorba - Navarra)


Colegiata de Santillana del Mar (Cantabria)
Iglesia románica de Frómista (Palencia)
Catedral románica de Zamora

Ciudad Rodrigo (Salamanca) --- Santo Domingo de Silos (Burgos) ---

Iglesia de San Pedro (Ávila) --- Monasterio S. Juan de la Peña (Huesca)

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