lunes, 22 de mayo de 2017

Construcciones públicas



La calzada romana era el modelo de camino usado por Roma para la vertebración de su Imperio. La red viaria fue utilizada por el ejército en la conquista de territorios y gracias a ella se podían movilizar grandes efectivos con una rapidez nunca vista hasta entonces. En el aspecto económico desempeñó un papel fundamental, ya que el transporte de mercancías se agilizó notablemente. Las calzadas también tuvieron gran influencia en la difusión de la nueva cultura y en difundir por todo el Imperio la romanización. El Itinerario de Antonino, del siglo III, es la fuente escrita que mayor información nos aporta sobre la red viaria romana.

Unían las ciudades de todos los puntos de Italia y después del Imperio con los centros de decisión políticos o económicos. Los viajes eran fáciles y rápidos para la época, gracias a una organización que favorecía una relativa comodidad para sus usuarios. Pensadas, primero, para uso militar, serán el origen de la expansión económica del Imperio, y después de su final, facilitando las grandes invasiones de los pueblos bárbaros.


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Los romanos construyeron numerosos acueductos (latín aquaeductūs, sing. aquaeductus) para proporcionar agua a las ciudades y lugares industriales en su imperio. El acueducto (del latínaquaeductus, que transporta agua1 ) es un sistema o conjunto de sistemas de irrigación que permite transportar agua en forma de flujo continuo desde un lugar en el que está accesible en la naturaleza hasta un punto de consumo distante, generalmente una ciudad o poblado.

Cualquier asentamiento humano, por pequeño que sea, necesita disponer de un sistema de aprovisionamiento de agua que satisfaga sus necesidades vitales. La solución empleada desde antiguo consistía en establecer el poblamiento en las proximidades de un río o manantial, desde donde se acarrea el agua a los puntos de consumo. Otra solución consiste en excavar pozos dentro o fuera de la zona habitada o construir aljibes. Pero cuando el poblamiento alcanza la categoría de auténtica ciudad, se hacen necesarios sistemas de conducción que obtengan el agua en los puntos más adecuados del entorno y la lleven al lugar donde se ha establecido la población.
Incluso cuando la población estaba a orillas de un río, la construcción de conducciones era la mejor forma de garantizar el suministro, en vez de extraer el agua del río que, aunque estuviera muy cerca, generalmente tenía un nivel más bajo que el poblado. En otras ocasiones se hacía el acueducto porque el agua era de mejor calidad que la del río. Para cubrir esta necesidad se emprenden obras de gran envergadura que puedan asegurar un suministro de agua.
Resultado de imagen de acueductos romanos partesAunque existían precedentes en las civilizaciones antiguas del Próximo Oriente y los ingenieros griegos habían construido conducciones eficientes, los ingenieros romanos, gracias fundamentalmente a su uso del hormigón, fueron los que pusieron a punto técnicas que se pudieron generalizar por todas las ciudades del Mediterráneo. Con todo, los factores técnicos no fueron los únicos que contribuyeron a difundir este tipo de obras, hizo falta también la unidad política del Imperio y la existencia de un sistema económico fuerte que creara las condiciones para el desarrollo urbano. 







   


Los romanos fueron los primeros constructores del mundo en realizar grandes puentes.1 Este artículo constituye un intento de recoger la lista de todos los puentes romanos conocidos, muchos de los cuales todavía sobreviven hoy en día.

Un puente romano, en el sentido de este artículo incluye cualquiera de las siguientes características:
  • arcos romanos o de medio punto
  • pilonas o columnas romanas
  • cimientos romanos
  • pilares romanos
  • calzadas romanas
  • tajamares romanos

También se listan los puentes que cuentan considerablemente con material romano (spolia), siempre y cuando el puente erigido más tarde tenga un precursor romano. Por último, las incidencias en la que sólo inscripciones excavadas en el puente dejan testimonio de la existencia de un ahora desaparecido puente romano también se incluyen.

En lo que sigue, los puentes se clasifican ya sea de acuerdo a su material o a su función. La mayoría de los datos de otra forma no marcada provienen del libro Roman Bridges [Puentes romanos] O'Connor, que lista 330 puentes de piedra para el tráfico, 34 puentes de madera y 54 puentes-acueductos.2 Una recopilación aún mayor es ofrecido por el académico italiano Galliazzo que describe más de 900 puentes romanos (a partir de 2011, esa lista se utiliza aquí de manera selectiva).  

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“El agua es imprescindible para la vida, para satisfacer necesidades placenteras y para el uso de cada día”. Esto mismo es lo que decía, con toda razón, el arquitecto romano Vitrubio en sus Diez Libros de Arquitectura (8.1). Todas las sociedades han necesitado estar siempre cercanas a este valioso recurso, en especial cuando los grupos humanos abandonaron el nomadismo. Los asentamientos venían determinados por varios factores –zonas altas que los protegieran, por ejemplo-, pero, ante todo, el emplazamiento era dado por la existencia de una fuente de agua suficiente que permitiera el abastecimiento humano y otras tantas actividades que requieren el valioso líquido.

Roma dominará este recurso como nunca antes lo había hecho otra cultura –junto con el opus caementicum, quizás sean las técnicas hidráulicas el principal síntoma de evolución cultural-. Desde sencillos procedimientos para almacenar y extraer agua hasta magnas construcciones, populosas ciudades eran abastecidas –a veces con agua procedente desde varios quilómetros- calle por calle mediante una amplia red de redistribución. Europa no volvería a verlo hasta bien entrado el siglo XIX.   







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